No es lo habitual pero el verano nos ha traído una novedad al panorama hostelero de Sevilla, desoyendo los desoladores mensajes que a diario nos trasmiten los locutores de radio y televisión y los titulares de prensa. El Aguador, que es como se llama este restaurante de la calle Albareda, vecina de la Plaza Nueva, es bien bonito y tiene una cocina relativamente atrevida, pero ¡ay!, con qué racanería la sirven.
5 Cruzcampo, 6€
1 tapas de capaccio de ternera, 2,10€
1 'blinis' de foie y manzana asada, 1,50€
1 tapa de bolitas de espinacas (una bolita, en realidad), 1,50€
1 mini mollete de carne de kebab, 2,30€
1 mini mollete de jamón, lomito, pimiento y mojo rojo, 2,60€
1 roscón de pechuga de pollo, 5,25€
Total (2 personas): 21,25€
Decoración elegante y desahogada, pero que no puede evitar esa sensación que tienen los nuevos establecimientos de parecer de pega, de cartón piedra. Vamos, un ambiente aseado pero carente de autenticidad. Llaman la atención los retratos en blanco y negro a gran tamaño de aguadores de diversas civilizaciones. Qué poco apreciamos en el primer mundo ese tesoro que es el agua corriente y potable.
Servicio jovencito, a veces tardón, pero simpático. Nada decisivo en nuestra experiencia.
Comida muy competitiva y muy bien pensada. Tiene los sufiencientes ingredientes y, por tanto, sabores que el sevillano reconoce como para no causar rechazo, y además la mínima imaginación indispensable en cuanto a las combinaciones y el trato de la materia prima como para sorprender a alguno. En definitiva, la creatividad de los inmovilistas.
Precio asumible. Las tarifas no van a asustarte, otra cosa es lo que ofrecen por ese precio. Por hacer un símil, es como cuando uno echa gasolina calculando el importe y no los litros: si sube el precio de la gasolina, entran menos litros y va a necesitar volver antes a la gasolinera. Pues igual para aquellos que comemos fuera de casa a diario: si has establecido que 10 euros al día es una cantidad razonable para el almuerzo, con los 10 euros de El Aguador el hambre va a volver antes.
Conclusión: un buen sitio para tomar unas tapitas nocturnas, pero no para llenar el depósito en la jornada laboral. Recomendable para ir con amigos, solución sólo de urgencia para un sibarita accidental.
Por ANTONIO EME
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